diciembre 20, 2006

Deseos navideños (volumen I)

No creí que fuera posible, que las predicciones funcionaran, pero si, sucedió; mientras me deshacía por una relación terminada violentamente con un ser que espero no volver a ver, mientras esperaba sentada a que “otra persona” estuviera solo para mí, y me dedicaba a autodestruirme a punta de estimulantes -cosa que no me disgusta para nada… TENAZ!!! Recibo una llamada al celular y cambió el que pintaba ser un solitario fin de año…

He soportado las burlas de Don Uncofago acerca de mis citas.

El: hay… por favor, todos los días sientes algo diferente!!! Y el no te ilusiones por favor… de mi amiga Natalia.

El: supera el pasado y madura de una vez… de Fernando.

El: ¿y por qué tan sola? ¿Y tu novio? De los que siempre me han visto encarretada con alguien o con los mismos….

Bahh! Todo eso ha cambiado, espero… y me repito desde el lunes en la noche:

- al menos que dure…, y si no dura, que no duela… y si duele que no sea mortal… pero si es mortal, no sería malo… y también me repito las sabias palabras de la abuela:

puede que duelan los pies, pero ¿Quién nos quita lo bailado? -carajo, es que la sabiduria no se improvisa!!!-

Así que, en estas épocas de pajita en boca, de beso robado, aguinaldos, lucecitas renos y moños decorativos, en estos días de insectos tropicales, paseo en moto y fiebres de sábado en la noche, en este mes de pavo, vino, pesebre y novena, quiero decirle a mi lindo G: que ha sabido darle alegría a mi corazón y que estoy feliz de que sea parte de las historias inconclusas de mis mañanas, las libélulas de las tardes y los martinis de la noche… y agrego: no prometo ni primaveras ni rosas, tampoco velas encendidas y esencias de lavanda, no prometo no ser yo, solo prometo permitir que suceda.

diciembre 13, 2006

La verdadera mecánica del universo

Pensar, pensar, sentir, sentir, subir las escaleras y bajarlas sin ninguna razón, morderse las uñas y luego botarse en la cama sin ningún plan en mente.


Angustia extrema, tanta que la cabeza no soportaría más, la desesperación más agónica que pudiera experimentarse, llegar hasta el límite y detenerse solo por supervivencia.


Las preguntas llegan, las dudas abarcan el pensamiento, la respiración se detiene por un segundo, todo un mar de cuestionamientos e inseguridades solo para comprobar que es mejor dejar así.


No vale la pena intentar, trepar a la sima de la montaña, si solo se busca el reconocimiento, pero tampoco valdría la pena, si se llega y el paisaje no justifica el esfuerzo, o el silencio no ensordece los oídos.

Luego te quitas los zapatos y pones los pies sobre el piso húmedo, esa sensación antes lograba molestarte ahora simplemente no interesa.

Entonces y por fin, es la primera vez que comprendes el orden del mundo, la ley subyacente que domina el universo:

Todo cambia, todo se modifica, nada es estático, ni el amor, ni el odio, ni las parejas, ni el cuerpo, nada es para siempre, ni la belleza, ni el sol ni el aire…

Por un instante te recriminas por tanto tiempo desperdiciado, por haber querido a quien no lo merecía, por haber estado en el lugar equivocado, por haber soñado con cosas inalcanzables.

Tomas la mano de esa nueva persona, de ese nuevo ser que posiblemente no estará en los siguientes 10 segundos o tal vez si, pones la cabeza en la almohada y esperas que todo transcurra como el universo desea que suceda.

diciembre 05, 2006

no basta

- te levantas temprano después de muy pocas horas de sueño, pero no basta, el tiempo no es suficiente para entregar a tiempo el trabajo en el que tantos minutos has gastado - así no sean los que debiste gastar- .

- te sometes a la ducha de agua fria, pero no es suficiente el agua helada para despertar tus neuronas que siguen en la almohada y en el sueño en el que tu y él estaban juntos en una piscina.

- por más que lo intentas, haces memoria, hechas cabeza, nada, no puedes descifrar en que lugar estaba la dichosa piscina, analizas pero ni idea del por que soñaste con eso.

- enciendes el computador y tampoco es suficiente con la banda ancha, necesitas más velocidad por que ya es hora de llegar a la universidd a entregar el trabajo.

- en la estación de trasmilenio ruegas, imploras, por un bus que te sirva, que llegue rápido, revisas el reloj y el tiempo corre.

- dentro del bus, no hay suficentes sillas para sentarte y debes aguantarte la muchedumbre restpirando en tu nuca, en tu cabeza, los cuerpos rozándote, no es lo bastante amplio como para sentir el espacio propio como tal.

-en el salón no ha sido suficiente el tiempo y el profesor ha desaparecido.

- no es suficiente el empeño que pongas, este blog sigue en decadencia...