febrero 28, 2008

85.000 minutos

Ah crueldad a la que se someten, pobres almitas sin destino, sin hojas en el cuaderno, sin suela en los zapatos; la gracia se les escapa poco a poco con ampollas en la espalda y golpes en las rodillas de tanto suplicar mientras se mantienen, nadando en una alberca de mostaza, con las uñas partidas.
Afortunadamente se puede escapar de tanto frió, de tanto clavel lúgubre y aunque muchos son los convocados, pocos son los elegidos.

Amor, estremecimiento banal o desierto ambulante de la conciencia, latidos acelerados o mariposas en el estómago... de nuevo, muchos son los convocados, pero pocos los elegidos.

Casi 85.0000 minutos de extrema felicidad...