febrero 13, 2019

Novenario


Volvimos a la vida hace 9 años, después de un síncope hepático, pulmonar y neurológico, cada año que se aproxima esta fecha, Antonia se siente mal y me abraza en las noches, piensa en lo mucho que extrañaría mis uñitas cortas y mis tatuajitos de colores. Me he venido tomando las cosas poco a pecho, soltando y sobretodo riéndome de las que me pasan, la vida con humor me digo, y sí, otra vez después de los dominguicidios, las resacas y la cantidad de stalkeadas que me han cometido, puedo decir prueba superada, yo y mis apeguitos, creer que siento cosas cuando solo lleno vasos vacíos con sabores, olores, besos, llamadas, mensajes y dedicatorias en estos libros de corazones coagulados.
Puedo decir que mi agresividad no ha bajado, se triplicó, pero esa ferocidad me ha llevado a la playa reconfortante de no tener que fingir calma cuando mi cabeza me exige romperme contra la pared (eso resulta bueno).

2019
Otra vez aparece en la escena el portador de cuchillos y calaveritas, haciéndome reír y cocinándome cositas increíbles, dándome besitos debajo de las cobijas y jugando a la casita. Bonitos días me esperan, mientras damos paseos con mis perritas y dormimos juntos cada noche.