Una cosa lleva a la otra y como por una cadena interminable de coincidencias recuperé
una vieja cuenta de correo, y ahí sus infinitas cartas de amor, a dos idiomas,
y llegaron a mí los momentos más felices que viví, me pregunto por qué me
enfrasque en este vaso de mermelada, si tenía un corazón del tamaño del mundo
en mis manos y era solo mío, tal vez el tiempo y la distancia convirtieron ese
amor en un muerto reciente, de los que uno siempre dice que fueron buenos, que fueron
los mejores, únicos, y si! este lo fue,
me gustaría saber de Luis o encontrármelo
de pronto en la calle, tal vez esconderme detrás de un cafe mientras camina de
nuevo con sus saco negro por la candelaria.