mayo 29, 2012

Ahjjj martes


A veces creo que no se ni lo que hago, actúo por inercia, dejándome llevar por la corriente y sometiéndome a torturas psicológicas, no me siento bien con lo que hago, pero un motor imparable me envía de cabeza a seguir en círculos dolorosos y perjudiciales, asumiendo las consecuencias de tanto caos y tanto embrollo. Permito que él aparezca y desaparezca de mi vida teniendo en cuenta que no quiero que regrese, me torturo esperando a alguien que tal vez jamás regrese y espero que una persona para la que soy invisible me mire algún día, pero como nada sucede termino metiéndome con personas que no creo poder llegar a querer pero que si puedo llegar a lastimar mucho.
Maldita sea, nuevamente yo y mis divagaciones.

mayo 25, 2012


Hay tanto que debí decir y no dije. En este momento veo en retrospectiva lo que vivimos juntos y pienso que fue un soplo en el tiempo, como si solo hubiera parpadeado desde esa tarde en que te conocí y ya te ibas de mi vida. No sé cómo evitar sentir este vacío, cada día he tratado de crearme nuevos problemas que me mantengan distraída, deudas, peleas, golpes, lo que sea, pero nada parece funcionar. Ojalá el viento me traiga tus olores de nuevo, no para retenerlos, sino para entender esta vez por qué es que debo dejarte volar. Una recuperada Diana escribe desde una vida de adulto y uñitas mordidas pero pintadas.

mayo 22, 2012

Día dos!


Es cierto que están ahí, aún viven con nosotros  esos fantasmas que amenazan con dinamitar lo poco que nos quedó luego del apocalipsis, eso que nuestras manos maltrechas y nuestras vidas moribundas lograron salvar, esos pedazos diminutos de nosotros mismos  que corrieron a esconderse, como animalitos asustados debajo de trozos de muebles quemados, pedazos de pared, platos rotos, cartas sin entregar y besos untados de leche agria. Ellos aparecen asomándose por el borde de los párpados, nos cantan melancólicos temas en el odio, nos muerden con sus filosos dientes los intestinos y nos defecan sus ponzoñosos desechos en el tejido virgen y sano del corazón, infectando todo a su paso, regando combustible y luego prendiéndonos fuego en carne viva sin importar cuanto pudiera doler, ellos en sus majestuosos tronos, viles y sanguinarios, se regocijan  en sus propias heces y nos miran displicentes y orgullosos. Se pasean como dueños absolutos por nuestras pobres vidas atravesando las barreras del tiempo y del espacio, rompiendo cuadros y destruyendo todo a su paso, poco les importan los mortales, poco les importa llenar los cementerios de cuerpos desgastados y carcomidos por los gusanos, poco les importó dejarnos como muertos en vida.
Sin contemplaciones es hora de dejarlos ir, exorcizarlos, abrir las ventanas del alma para que entre la luz del sol y derrita con sus rayos lo pútrido de sus espectrales formas.
Sigo esperándo escuchar que me digan: Dame la mano, deja que te lleve a un lugar inmaculado donde no hay pasado, ni tiempo ya recorrido, donde las hojas del calendario se queman con cada día para no regresar jamás. Yo a cambio pintaré mapas de lugares para perdernos en ellos, llenos de árboles, animales rastreros, punk, whisky, comida chatarra, películas a blanco y negro, vampiros, zombies y tatuajes.
A pesar de que todo indique lo contrario, ya no tengo afán!

mayo 21, 2012

Apatía, depresión, vacío emocional


Me duele que en el vacío se haya llevado consigo hasta mis ganas de escribir, algo tan mío, tan catártico, supongo que es el precio de haber puesto esperanzas en una “pseudo emoción” que creí llamar amor y que se escucha retumbante en los rincones del pasado que guardé junto con las cosas viejas en un cuarto de mi memoria.
Desde ese momento he recibido golpes  fuertes, horas de tedio y muchas exhalaciones de mi aliento llenas de decepción y aburrimiento, ¿qué carajos hay mal en mí? No puedo sentir nada similar a lo que sentía a su lado, cuando sus horas me parecían minutos y sus besos eran lo único que creía seguro en mi vida.
Y no lo extraño a él,  me extraño a mí y esa persona llena de tranquilidad y calma que deambulaba por las calles del centro sabiendo que sólo era un cuerpo vacío porque cada órgano y entraña se las había servido en una bandeja y con mucho gusto.
Ahora soy sólo unos ojos sin pupila, o una boca sin saliva, nada se mueve, nada nace, nada respira más en mí, parezco un falso reflejo en el espejo de lo que creí podría tener un final feliz alguna vez.
El tiempo transcurre sin dejar huella ni sombra en mi alma, despierto, me arreglo, salgo a trabajar, pero esas emociones hermosas de flores y copas de vino han quedado atrás con el paso de los días, los meses y los años.