marzo 27, 2010

¿cómo te sientes hoy?

¿Cómo se siente cuando se te van de las manos las cosas que tenías tan aseguradas? ¿Cuando ese contrato se rompe y te quedas solo, completamente solo?
¿Cuando otros muchos buscan en las canecas de tu basura para aprovechar las cosas que has tirado por descuido?
¿Cómo te sientes ahora?
¿No te recuerda hace unos meses cuando alguien lloraba hasta el cansancio por tu ausencia y se daba golpes de pecho por haber perdido lo único que le hacía respirar y ver el horizonte de una mejor manera?
Hoy, damos por entendido que se escapo un ave que estuvo enjaulada años, y que ya se le olvido volar, pero trata de huir hacia nuevos arbolitos y verdes prados.
¿Dónde quedaron tus ganas de gritar, de esculcar, de acosar?
¿Se desvaneció en el aire cuando perdiste tu joyita menos preciada?
No me río de tu dolor, tal vez ahora, por primera vez en muchos años estamos en el mismo nivel, te entiendo y somos iguales, los dos perdimos algo importante. Yo mi fe en nuestra fallida familia y tú la mujer que más te amó en el mundo.

marzo 18, 2010



Yo te miro y ahora no se que vi en esos ojos, recuerdo tus dedos y no sé porqué me gustaron y por que a ratos creo que no quisiera que no me hubieran soltado hace dos días.
Los trazos vacilan en las hojas de un cuaderno recién empezado, detrás de la punta de un esferito medio vacío. Ni amores, ni lágrimas, solo rayas, curvas y más rayoncitos desahogados. Preguntas vagas, miradas pérdidas y ganas de sentirte.
Hahsh!!!!! de verdad te extraño, mi sentido telepático me falla y ya no tengo señales de humo hasta tus ojos.

marzo 07, 2010

Me dormí pensando que esto era un sueño, más bien una pesadilla en esas donde antecitos de que pase lo peor, te despiertas, lleno de sudor pero a salvo. Pero abrí los ojos y esa sensación seguí ahí, y después tus flechas apuntando directo a mi cabeza y a mi torso me lo confirmaron, ni sueño, ni romance, ni nada, esto es una guerra, pero una guerra donde yo misma me saboteé, y te dí los planos de mis puntos más débiles, donde, pese a las mejores intenciones de tregua, debo prepararme todos los días para ser escupida y pisoteada por dardos ponzoñosos, bolas de fuego y aceite hirviendo; creo que ya perdí está disputa. Estoy rendida, agotada y sin suministros. Por más que intenté desviar el conflicto y cambiar de campo, nunca nos diste la oportunidad para superar todo esto. Una vez más me voy con mi canasta llena de heladitos y dulces a cuidar otras ovejas, a regar otras flores y a sembrar margaritas con mis nuevos hijos.