septiembre 16, 2015

Leyendo a Luis

Una cosa lleva a la otra y como por  una cadena interminable de coincidencias recuperé una vieja cuenta de correo, y ahí sus infinitas cartas de amor, a dos idiomas, y llegaron a mí los momentos más felices que viví, me pregunto por qué me enfrasque en este vaso de mermelada, si tenía un corazón del tamaño del mundo en mis manos y era solo mío, tal vez el tiempo y la distancia convirtieron ese amor en un muerto reciente, de los que uno siempre dice que fueron buenos, que fueron los mejores, únicos, y si! este lo fue,  me gustaría saber de Luis  o encontrármelo de pronto en la calle, tal vez esconderme detrás de un cafe mientras camina de nuevo con sus saco negro por la candelaria.