marzo 28, 2020


Y así lo vi,  entre el dolor de mis amigos y la seguridad de la cuarentena, Héctor Abad, el humanista, el que respeta la vida ajena y yo, la que pelea por lo injusto, por lo que duele, yo, tan pequeña, tan minúscula, al lado dese hombre , que partió en dos la medicina, la contemplación por los otros y la necesidad por respetar la vida, yo, la que quiere morir, que no encuentra sentido a la vida, parada frente a lo tosco que representa este feo país, donde vivir es un suplicio, y sobrevivir una necesidad, leer la historia de  quien defendía todo, la belleza, la nostalgia y la virtud,  somos seres efímeros, entre el olvido que seremos y las cartas de princesas que esperan que enrique VIII no las mate, somos todo y somos nada, un capullo privilegiado que emerge en esta penumbra y un rezago de luz que ilumina a nuestros queridos, somos nada, efímero como la cola de los cometas, efímeros como la imagen que se desvanece en la memoria, no somos nada, somos recuerdo, somos olvido, somos nada.