agosto 22, 2006

En recuperación...


Es posible suspirar con la mano en la garganta mientras tus nudillos arden de tanto golpear las baldosas del piso

Leer, llorar y suspirar de nuevo

La piel está cansada de extrañar y odiar, por eso los poros desean recuperarse

Las entrañas duelen de tanto sentir el agua fría sobre la espalda

Pero los ojos renuncian y el corazón también, ya no hay nadie que me espere

Ahora solo dejo que la nubosidad se apodere de las terrazas y de los lugares recónditos del corazón para que se oxigene la sangre que simula tibieza en este cuerpo...

la mariposa abre sus alas de nuevo hacia el sol y abandona el capullo que la protegió de la lluvia.