Definitivamente... ahora ni yo lo entiendo...
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Extraño todos los viejos instantes en los que creí ser feliz, lejos de la ironía que mueve mis días actuales, lejos de la mentira que me digo todas las mañanas cuando me levanto y dejo las cobijas tibias mientras toco el piso frio, ya ninguna de las cosas que hago tiene contexto, pero hay que seguir caminando, hay que seguir buscando la pastilla de la felicidad aunque estemos lejos de la formula, ahora creo que es posible rondar el mundo sin rumbo fijo a la expectatva de encontrarse un tesoro en el piso, tal vez he pasado encima de muchas monedas de oro, pero sé que la próxima vez que vea un botín abandonado lo tomaré para mi...