febrero 14, 2007

Estrías celulares, videos gastriticos, fetideces faciales y plantas que caminan, salir de la clínica mientras un dedo se desangra y un cadáver yace tendido bajo un puente peatonal con la mirada hacia el infinito y la nariz paralelamente horizontal al concreto.

Se sienten las costillas flotantes aprisionando órganos importantes

Se sienten las vísceras intentado correr por cualquier orificio corporal,

Se siente el aire ronronear por los pulmones

Se sienten cansadas las piernas de rozar el pasto seco

Se sienten cansadas las escamas de la piel de recibir tanto sol

Se sienten cansadas las pestañas de someterse ante el viento

Se sienten cansadas las manos de tanto palpar el metal

Se siente la piel de gallina cada vez que se acaricia ese cuerpo tan familiar

Se siente demasiado amor en el corazón

Se sienten los besos en la mañana cuando comienza a nacer el día.

Pero se siente, eso ya es algo, podrían estar ese sinnúmero de órganos descansando estáticos en una camilla anfiteatral, sin patrones aparentes, sin sentir y sin estar, como los de ese, antes humano, que tirado a 10 metros de un puente miraban morbosos transeúntes del occidente de la ciudad.