Hay pobre campanita, la han dejado algo maltrecha y malherida, casi termina sin alas, sin vestido, sin poderes, sin embargo ese brillito que solo tiene uno de sus ojitos se apagó por unos momentos, que mas podrían arrancarle dichos malhechores a la infortunada hadita que otros seres humanos no le hubiesen arrancado ya, que más podían quitarle si todo lo había ido dejando por el camino de nunca jamás, estuvo muy cerca de una lamentable tragedia como de esas que solo ve en películas de bajo presupuesto y novelas mexicanas.
Por esas casualidades de la vida las oportunidades no desaparecían solo cambiaron de dirección, hacia una a la que nunca había mirado, nuevos horizontes, nuevos espacios amplios y verdes, lugares como diría Don Julián: donde cuando sale el sol es un día especial, cuando sale la luna es una noche especial, y cuando llueve es invierno pero también eso lo hace especial (eso último lo aportó …) hay que mejorarse, remasterizarse, reformarse, rehabilitarse, regenerarse, reinventarse, reconstruirse, repensarse, así habla ahora campanita, así quiere convencerse de pensar, ¿por qué? Porque es mejor así, porque es más saludable, porque sus corazonadas le dicen que esta vez su bolsito no quedará tan vacío, que al menos algo le quedará más que un dolorcito de cabeza y una retina desprendida.
Cuenta sus pasitos uno por uno, sube escalones y baja derecha , promete no caerse en los andenes y quererse un poquito más.
