junio 30, 2010

Sonanbulismo

He estado tratando de tomar varios roles en estos tiempos de guerra y abstinencia, hurgando un poco en la basura de los callejones abandonados de mi mente, tirando lejos las historietas que me han heredado y quemando en barriles de metal las flores y vestidos obsequiados por mendigos.
No recuerdo instantes totalmente completos, hace muchos meses que la felicidad absoluta intenta despertarme pero una parte de mi espíritu desea seguir ausente, durmiendo mientras camino entre las palomas caníbales de las plazas, soy un fantasma más entre los muchos fantasmas de la ciudad, soy una extraña en mi propia vida, un parasito de mi propio cuerpo, ya no veo mi reflejo en el espejo, solo veo una cara que desconozco, un cara nada familiar, veo como muevo los dedos pero no los siento, este adormecimiento solo se compara con el sonambulismo, las pocas ganas de recobrar cualquier poco de control sobre mí misma, termina en un fracaso apoteósico y concluye con un suspiro de resignación de mi alma. Tal vez es el preámbulo de una muerte anunciada, una muerte buscada, aunque el estado etéreo absoluto aterroriza mis nervios, ya no quiero tronar los dedos,ni golpear tres veces mis talones, ni buscar al conejo blanco, ni domar dragones que escupen fuego y azufre. No quiero intentar nada más, ninguna otra estrategia, solo desvanecer mi sombra entre las rendijas de mi colchón.