Creí que había olvidado su cara, ya no me dolía, pero vi una
foto suya y enseguida sus recuerdos me llenaron
de tristezas la cabeza. Así es
el punk dicen, querer y no ser correspondido, tomar en los andenes y vomitar en
las esquinas. Antes de bajarse la cresta hubiéramos podido ser. Yo amé sus ojos
pero a mi no me miró.