Aparece una hippie con su busto miniatura acompañada de un
rasta con su camiseta de skateboarding, yo pensando en que me toca rogarle que
se vea conmigo en publico, por un lado mi minúscula porción de dignidad grita
silenciosamente que debería darme mi lugar y disrutar las cosas, pòr otro mi afónico
sentimentalismo barato me ensordece diciendo que le siga insistiendo que de
pronto dejara de importarle lo vergonzosa persona que soy frente a los demás. los niños piden sus dulces con esa barta canción Me
pongo las medias, me guardo mis excusas y salgo a robarme de la noche unas
cuantas risas… feliz Halloween!