enero 05, 2007

Dear gabe:

Ser medianamente estupida o absolutamente descabellada; quererte con locura y arruinarlo todo al final o controlar el instinto de devorarte y besarte lentamente, mientras te mueves diacrónicamente milésimas de segundo más rápido que los latidos de tu corazón; decirte que eres mi vida entera, mi sol, mi luz, mi todo y asustarte mientras te desplazas por el lugar o callarme y esperar a que tomes la iniciativa y me digas que me quieres;, ¿inestabilidad o control?

Preferiría tenerte en la mañana mientras tus almohadas me despeinan, arroparte con mis abrazos mientras respiras entre notas musicales, besarte los ojos, morderte la barbilla,
hacerte cosquillas en la panza y apretarte fuerte las manos para que no te separes de mi lado.

Gabriel, Gabe, Gabrielito, Gabo, mi lindo G: la vida me da una segunda oportunidad, caminar, levantarme, pisar tierra firme; ahora sé que si es posible recorrer el mundo tomada de tu mano, ir a Chile o a Australia, al infierno o a las estrellas; descubrí que si puedo creer que el amor no es un sentimiento fluctuante y pasajero, que si es probable que me pierda en los tatuajes de tu cuerpo y que me conforme cada día solo con tus dientes perfectos y tus labios rojos; sé que si es posible dejar de comer, dejar de respirar, dejar de esperar que mi vida mejore, solo si estas a mi lado, esta es la única forma que conozco para decir que eres lo único, lo mejor, solo se hablar sosteniendo en mis manos carne, sangre y corazón, y con las mariposas en el estómago te confieso que desde el día que llegaste a mi vida las cosas tomaron un nuevo sabor, las cortinas dejaron de ser opacas y se abrieron ante mi al mismo tiempo que se desnubló la percepción que tenia del océano, no quiero besar otra boca, no quiero abrazar otro cuerpo, no quiero conocer otro aroma, solo quiero estar ahí, contigo, donde estés, a tu lado, tras de ti, sobre ti, como sea, como deban ser las cosas… creo que he perdido la razón por completo, pero te encontré a ti y me encontraste tu a mi justo en el instante en el que me había desviado del camino.