enero 10, 2007

Y nadie lo entendió!

No será posible dejar de respirarlo, camisas sucias y medias sin lavar; tamaño problema, dicen por ahí, pero cuando se besaban no decía nada, esperaban el domicilio y él ni se levantaba de la cama, los vasos seguían en jabón y nadie se asomaba por la cocina, se aburría y se iba a su casa, una mañana se despidió de ella, no le dio vuelta a la hoja, no la peinó ni le sopló los ojos.

A la semana:

Decidió volver a verla pero no se le ocurrió llamar por teléfono primero, y que sorpresa se encuentra, ella ya no estaba, ni sus cosas, ni las flores tampoco.

Sale la vecina:

Buenas tardes, ¿sabe algo de margarita?

Le dijo su vecina que estaba pariendo un hijo

Palidece y pronuncia a medias: ¿pariendo un hijo? ¿De quién?

No sé, con ella nunca se sabe, es el tercero que da a luz, creo que uno era suyo –le dijo la vecina-

¿mío? Un hijo mío? ¿Por qué me nunca lo dijo? Y,¿ donde se encuentra mi hijo?

–Si no sabe usted que es el padre… fin de la conversación…

y la vecina avienta la puerta en sus narices, pobre hombre, pobrecillo, piensan todos…

Hay un pequeño orden que rige el caos, hay una manera de predecir el futuro, solo falta una gota para que se llene el vaso antes del ocaso, pero si él sigue sentado, si permitiera que lo plagiaran, mientras su clon deambula por las calles, nadie entendería el contenido de su llanto, solo se elevaría como si alguien le halara de los hombros.

Margarita sigue pariendo dolorosamente un hijo de quien sabe quién, el clon no se divisa en el universo y nadie sabe cuantos fantasmas recorrerán las entrañas de la pobre niña, sin rumbo y llena de crías…

¿Alguien entendió?

yo no... ni yo...

Ahora que lo leo, yo tampoco he entendido nada dice el hombre!