mayo 22, 2012

Día dos!


Es cierto que están ahí, aún viven con nosotros  esos fantasmas que amenazan con dinamitar lo poco que nos quedó luego del apocalipsis, eso que nuestras manos maltrechas y nuestras vidas moribundas lograron salvar, esos pedazos diminutos de nosotros mismos  que corrieron a esconderse, como animalitos asustados debajo de trozos de muebles quemados, pedazos de pared, platos rotos, cartas sin entregar y besos untados de leche agria. Ellos aparecen asomándose por el borde de los párpados, nos cantan melancólicos temas en el odio, nos muerden con sus filosos dientes los intestinos y nos defecan sus ponzoñosos desechos en el tejido virgen y sano del corazón, infectando todo a su paso, regando combustible y luego prendiéndonos fuego en carne viva sin importar cuanto pudiera doler, ellos en sus majestuosos tronos, viles y sanguinarios, se regocijan  en sus propias heces y nos miran displicentes y orgullosos. Se pasean como dueños absolutos por nuestras pobres vidas atravesando las barreras del tiempo y del espacio, rompiendo cuadros y destruyendo todo a su paso, poco les importan los mortales, poco les importa llenar los cementerios de cuerpos desgastados y carcomidos por los gusanos, poco les importó dejarnos como muertos en vida.
Sin contemplaciones es hora de dejarlos ir, exorcizarlos, abrir las ventanas del alma para que entre la luz del sol y derrita con sus rayos lo pútrido de sus espectrales formas.
Sigo esperándo escuchar que me digan: Dame la mano, deja que te lleve a un lugar inmaculado donde no hay pasado, ni tiempo ya recorrido, donde las hojas del calendario se queman con cada día para no regresar jamás. Yo a cambio pintaré mapas de lugares para perdernos en ellos, llenos de árboles, animales rastreros, punk, whisky, comida chatarra, películas a blanco y negro, vampiros, zombies y tatuajes.
A pesar de que todo indique lo contrario, ya no tengo afán!