octubre 10, 2020

Cuarto día

 Otro día de silencio, uno que otro ladrido en la ventana, parejitas jugando a desaparecer en edificios de dar amor, pero la casa sigue vacía y la basura no se saca sola.


Ni pastelitos, ni coco, ni arequipe, las comidas siguen amargas y ese silencio que desquebraja mis peredes.

Lejísimos del dulzor y la alegría.

octubre 03, 2020

 Poco a poco esa imagen, el olor, los dichos, las manías, las caricias, se irán borrando, esos espacios se quedarán vacíos,  dispuestos a nuevos colores y sabores, tanto que se da y siempre termina en lo mismo, frío y pedazos de las entrañas regados en las paredes, se da mucho, se espera mucho, pero se falla mucho también,  esas víctimas siguen por todas partes como zombies, esperando otras vísceras para devorar, así soy, así seremos, solo el espectro de lo que fuimos tomados de la mano, así seremos, solo el recuerdo y el olvido.

septiembre 10, 2020

 Ese dolor de sacarse las vísceras,  ponerselas en palabras, sacarse las venas y exponerlas, como si no fuera doloroso, como si esto no me partiera los huesos y el alma, cada silencio, cada voto de distancia, como si no me destruyera a patadas las entrañas, esa postura inamovible, inerte, mientras me desbarato de a pedazos entre los ojos hinchados de días y los dedos cortados, no sé qué más rasgarme, para que entienda que lo escogería 100 veces sin importar lo mucho que detesto partes de él,  ojalá eso fuera un mal trago, qué podría hacer sino ahogarme en tanta lágrima, dolor, saliva y sudor de esperar que algo le medio mueva el corazón.

julio 21, 2020

Coquitos, pollos y pasteles

Parpadeo y sigue ahí, ¿quién lo diría?
Aún camino por mi sala sin creer que vino y se quedó, pasó de ser un recuerdo de sábado de hace más de una década, entre borracheras y botas, un recuerdo de una noche de camiseta de Westham y luna roja, a iluminar la casa con su piel blanquita y su boquita en triángulo.
Cómo explicarle sin parecer una demente, que cada que respira se me desarma la vida y se me arma nuevamente, que se me ponen patas arriba las venitas, los tendones, cada agujero del espíritu, que la piel se me eriza cuando me abraza, cuando me roza, cuando su vocecita dulce pero firme me dice cositas, me cuenta cuenticos, me trata suavemente. Bailo, canto, susurro, me tomo las pastas, jugando a la casita, al restaurante, a la familia linda, paseando a Renatica tomados de las manos por esas callezuelas adoquinadas, en medio de la gente que se odia, los virus mundiales y las canciones de Harry Belafonte.
Sí tú, quédate cada noche, tráeme pollitos y pasteles, cuéntame hasta 5, abrázame pasito, fuerte, más o menos, ven y tomemos lechita de coco hasta llorar de la risa.

marzo 30, 2020

Expectativa
Monarca.
Pensé que pasa cuando dos seres de naturaleza tan distinta buscan encajar a la fuerza, no puedo decir realmente lo triste que me siento, no por que las cosas se acaben, todo acaba siempre, sino por la tranquilidad que le aportabas a mi vida a mi cabeza, llegaste a ser algo refrescante en los vacíos que tengo en mí, me ayudaste mucho, me ayudaste a sanar cosas que dolían, tal vez las historias de amor deben ser así, bonitas y corticas, con pocas arandelas, con finales tristes y pequeños, no olvidaré tu sonrisa, tu actitud suavecita, tu forma de caminar despacio y libre, ojalá algo de eso quede en mí para siempre, lograste hacerme sentir que esa burbujita que jugamos a crear fue real por un ratito. Fuimos una buena idea entre las letras y en los espacios en blanco, aunque un desastre en la práctica y casi seguramente diría que fue por mi culpa, por mis tormentas internas, por mi nivel de complejidad, pero gracias por intentarlo, me quedo con las cosas hermosas, con eso que vivimos, fuimos un amor de la vida de una mariposa monarca, que nace siendo oruga y se vuelve uno de los más hermosos seres de la tierra y entrega su existencia para dejarnos un espectáculo inolvidable.

Espero recordar esto así, como una hermosa monarca, gracias por tanto, amor de mi vida monarca.

Realidad...


No sé cuánto pueda tardar en terminar esto, en poder sintetizar esta tormenta de sentimientos que me inunda hasta las lágrimas, esos nudos que terminan en dolor de cabeza y ganas de gritar, patalear, llorar hasta el desmayo, entregué a mi perita más amada a un desconocido, pero no era ella, era su cuerpo inerte y mis sentimientos más profundos con ella,  recibí a cambio, una cajita café de 7x5, mientras mi corazón iba metido en una bolsa roja y una caja de metal, cada abrazo, beso, la última vez que nos miramos, sus ojitos tranquilos y su mirada tibia, tan transparente, tan honesta, siempre haciendo lo que quería conmigo, aunque yo tratara de demostrar que era yo quien mandaba en la casa, mi Lola, mi compañera, quien me lidió mis confusiones, mis amores, las noches en que lloré hasta quedarme dormida, ella que me lamía las lágrimas, que me ponía su cabeza pasada en las piernas y se quedaba dormida, ella que siempre estaba entre mi cama, dejando sus pelitos blancos por todas partes, en toda mi ropa, hace 24 horas me dejó, y cambiaría mi vida entera por tenerla una vez más, por verle su carita hermosa, extraño sus ronquidos, su presencia, su olor, a forma tranquila en la que quería que le prestara atención, su llanto consentido para subirse a la cama y sus sueños de ladrar, te extraño Lola lolita vaquita marrano perrita princesa, te amo y te extraño, no culpo a la vida por llévate, no culpo a nadie, solo habría querido tenerte otro poquito, otro día, otro mes, otro año, otra vida, toda otra vida, pero así son las cosas, amores de monarca, haciendo entender que no podemos aferrarnos a nada en este mundo, solo a la esperanza de que nos recuerden bonito.
Te amo Lola, y esto no es el final para las dos, porque ahora te mudaste a un lugar en mi memoria del que nadie te borrará jamás, ahora sí puedo llevarte a todas partes.

Lola, 29 de sep 2011 - 29 de marzo 2020

marzo 28, 2020


Y así lo vi,  entre el dolor de mis amigos y la seguridad de la cuarentena, Héctor Abad, el humanista, el que respeta la vida ajena y yo, la que pelea por lo injusto, por lo que duele, yo, tan pequeña, tan minúscula, al lado dese hombre , que partió en dos la medicina, la contemplación por los otros y la necesidad por respetar la vida, yo, la que quiere morir, que no encuentra sentido a la vida, parada frente a lo tosco que representa este feo país, donde vivir es un suplicio, y sobrevivir una necesidad, leer la historia de  quien defendía todo, la belleza, la nostalgia y la virtud,  somos seres efímeros, entre el olvido que seremos y las cartas de princesas que esperan que enrique VIII no las mate, somos todo y somos nada, un capullo privilegiado que emerge en esta penumbra y un rezago de luz que ilumina a nuestros queridos, somos nada, efímero como la cola de los cometas, efímeros como la imagen que se desvanece en la memoria, no somos nada, somos recuerdo, somos olvido, somos nada.

agosto 11, 2019


Uno, no me tomo ni un trago más, entre los reclamos y miradas de "te voy a matar", las resacas acumuladas, las cervezas en la nevera, las luces del parqueadero, las salchipapas mexicanas, las uñitas pintadas.
Aparece depronto «el vete de Italia», que siente haber desaparecido y aparecer así, a la 1 am, de un día cualquiera, desde un número empresarial, cuando ¡ya pa'qué!, cuando ya entregué todo entrañas y huesos en una bolsa negra, cuando ya tengo comprometida hasta la médula con alguien con quien quisiera ser media langosta, me habría ahorrado mucho de todo este drama, mucho de los celos, de la ex, de la inapetencia, de la apatía, de las horas preguntándome por qué no me hace sentir amada.
Me habría quedado con el whisky y GOT, pero de lejos y me habría evitado la fatiga. 
Dos, aparece el mr. wing, Marce y yo nos miramos y nos reímos, ¿pero todos de a manada? Cuando ¡ya pa'qué!
Tres, la media langosta, que no sabe que es la «media langosta» me vuelve a hacer sentir miserable, ¡predecible!.

julio 06, 2019


Mecánicos, abogados, administradores, cocineros, veterinarios, Antonita sigue esperando sentada en las escaleras, esas mismas que parecen estar llenas de hojas secas y pelusas. Yo iba subiendo las escaleras cando me abordó, traté de hacerle entender que debemos irnos a dormir pero ella nunca entiende, me hizo ponerme los zapatos y salir a caminar.

Miércoles
Una cerveza, dos, tres, risas, fotos, bulldogs y cráneos en la mesa, un cigarrito, dos, tres, caminemos bajo el frío, con mis brogues ya limpitos y mi bufanda lonsdale, hablar sobre feminismo fariano, aporofobia, el gato, las catástrofes acuíferas, nuestros posgrados, nuestros hijos peludos, caminemos.

Viernes
Esa costumbre del imaginario, de la versión vendible, de meterse en lo que uno no tiene la menor idea, pisando con seguridad, como si el terreno no fuera la arena movediza infestada de alacranes que en realidad es, esa confianza de ir a la fija, de creerse con certeza de que se tiene media guerra ganada por puro carisma y derecho propio.

Sábado
Atrás de la escena, se ríe la vida, el destino y la buena fortuna de nosotros, nos ven como los incautos que somos, ellos comparten un vinito tibio mientras a carcajadas nos observan caminar al filito del abismo creyendo que volamos, pobre de nosotros piensan, se ríen, escupen, vomitan de la risa, ilusos, inexpertos, estúpidos, ignorantes, eso somos, nada más.

¿Quién iba a pronosticar ese desastre?, se piensa mientras poco a poco se recoge con cuchara la dignidad, el amor propio, el corazón, las cenizas, nos lamemos los raspones y nos cosemos, para volver a meter una bala en el tambor y jugar a la ruletica rusa , voluntariamente, haciéndonos los güevones, para luego autocompadecernos.
Maricas!

Juernes.


Antonita se mira al espejo, otra vez se siente un poco en esos tiempos, cuando era chiquita, allá en su casa de ladrillos desiguales, soñando con ser otra persona, con casas de pisos de mármol y materas grandotas.
-          - Marica, estás como grande, le dije, por no decirle vieja, para que te sientas así, en el fondo yo sabía que su seguridad, estaba en la afirmación de terceros, siempre te hemos dicho que eras una mujer bien bonita, te inflaron el ego, o eso creíamos.
Antonita, se dice que se siente mal, que no se siente cómoda, que se creyó el cuentico de tantos años, como dice el señor de los kiwis neozelandeses, la chica 10 y que el desapegado se lo hizo poner en duda.
-         -  Pero estuvo bien lo que le dijiste bebé, fue una estocada digna, aunque creo que te envideaste.
Roseta le aconseja “que se relaje” y se sonríe, mientras yo me toteo de la risa.
Roseta empieza hablar con el noviecito que tiene, luego se va a llorar al baño.
-          - y ahora, qué pasó marica? Le pregunté entre fastidiada y culpable. Me dice que el man sigue envideado con la exnovia, que ella piensa que sigue como pensando en ella, que aparte sabe que el man la compara con ella. Mmm, ¿y uno qué dice en esos casos?, de una pensé en lo que diría la Ratona, “parce, no se envidee, eso son maricadas, si el man piensa en otra pues mándelo a la mierda, o cómaselo y luego cuando le salga plan con otro póngale los cachos y se burla de él en silencio….” Obvio, no le iba a decir eso, no estaría bien, además con lo pendeja que es, fijo me hace caso y después más drama.
Antonia sigue llorando, sabe que no le llena el estándar, creo que lo que más le pudre del tema es que el gamer no la vea como ella está convencida que los demás la ven.
-          - Marica, lo que te duele realmente es tu ego.
Roseta sigue llorando, el desapegado de verdad le da donde más le duele.
-          - Marica y qué piensas hacer? Te alejarás como dices cada vez que algo de él te molesta? Recuerda que al man le da la misma si se agarran o si te vas o no. Parce fue realmente mala la conversación o te envideaste tú también?

Y así, como Carrie, éramos 3 corazones rotos y emputados en su closet.

febrero 13, 2019

Novenario


Volvimos a la vida hace 9 años, después de un síncope hepático, pulmonar y neurológico, cada año que se aproxima esta fecha, Antonia se siente mal y me abraza en las noches, piensa en lo mucho que extrañaría mis uñitas cortas y mis tatuajitos de colores. Me he venido tomando las cosas poco a pecho, soltando y sobretodo riéndome de las que me pasan, la vida con humor me digo, y sí, otra vez después de los dominguicidios, las resacas y la cantidad de stalkeadas que me han cometido, puedo decir prueba superada, yo y mis apeguitos, creer que siento cosas cuando solo lleno vasos vacíos con sabores, olores, besos, llamadas, mensajes y dedicatorias en estos libros de corazones coagulados.
Puedo decir que mi agresividad no ha bajado, se triplicó, pero esa ferocidad me ha llevado a la playa reconfortante de no tener que fingir calma cuando mi cabeza me exige romperme contra la pared (eso resulta bueno).

2019
Otra vez aparece en la escena el portador de cuchillos y calaveritas, haciéndome reír y cocinándome cositas increíbles, dándome besitos debajo de las cobijas y jugando a la casita. Bonitos días me esperan, mientras damos paseos con mis perritas y dormimos juntos cada noche.

enero 10, 2019

Antonita te voy a enamorar, Antonita no se quiere enamorar


Siempre había pensado que después de la decepción era necesario pasar un tiempo con mi Antonita destructiva,  quemando camas y colchones, destrozando a batazos los vidrios de la casa, desocupando botellas de veneno, jugo, coca cola, alcohol, o todas las anteriores, en un divino coctel parecido a una bomba molotov, luego, encender un malborito gold y esperar a que todos los órganos internos estallasen en una sinfonía de tripas y sangre, mientras se compartían algunas drogas sintéticas con prostitutas, punkies y una que otra ovejita descarriada o almita perdida de chapinero.
Antonita trató de hacerme subir el ánimo entre revistas de moda, compras, mensajes y cartas de amor, me hizo un listado de números de emergencia emocional, que finalizaba con más de una docena de buenos y gentiles chicos que podrían sacarnos a pasear.

-          Ahora no Antonita, tengo resaca, me duelen las rodillas y los ojitos
Antonita seguía corriendo por la casa, como un torbellino, corría los muebles, se comía la comida y la vomitaba después, molestaba a las perritas y creía que nadie la veía, pero todos sabemos cómo es ella cuando necesita que le presten atención.
-          Antonita, no quiero jugar ahora, me duelen las rodillas y los ojitos



-         -  Llamaba a saludarte y a saber cómo estabas, eres una mujer maravillosa, tienes mucho que ofrecer y me habría gustado conocerte en otro momento para mostrarte una mejor versión de mí, no sé si después en un futuro volvamos a hablar, el mundo da muchas vueltas, no sé que nos depara el futuro…



Antonita ignoró mis advertencias y empezó a jugar con la listica, engatusando incautos, poniendo trampas a ratitas, envenenado las fresas con crema, haciendo trucos de magia con pañuelos, torciendo los ojos y lanzando besitos al aire.

Antonita te voy a enamorar, le decían y ella solo asentía mientras esperaba cartitas de amor en botellas desde el mar; Antonita te voy a enamorar, le decían y ella solo corría entre las sábanas; Antonita te voy a enamorar, le decían y ella solo jugaba al amor, a querer, a dejar su olor en todas las superficies aterciopeladas.

Antonita no se quiere enamorar.

diciembre 27, 2018

#tbt

Decidir coger las maletas y empacar las sobras de la mesa que compartíamos fue casi tan lascivo como mi pasividad e incapacidad para esperar porque la suerte cambiara a mi favor, se cayeron los cuadros, se quebró el yeso de las paredes, se llenaron de hojas muertas la sala, la cama, el tocador, nada sobrevivió, el abandono fue más grande que las ganas de limpiar el reguero.
Respirar profundo, cambiar de cobijas, quemar sábanas y alistar a un nuevo paciente para chuparle la sangre, pero en este hospital de trasplantes, cirugías a corazón abierto, abortos, extracciones de muelas, ya no hay espacio para nadie, se prefieren cerrar las puertas al público.  Traumático todo este asunto, desgastante, doloroso y con el peor pronóstico.
Las carcajadas, las quejas de la gente y ese olor a sangre y visera que recorre y se sobrepone entre el alcohol, la cocaína y uno que otro besito de adolescente.
Me muero y al rato se resucitar, soy como los gatos seis vidas de más, seis vidas de más.
Sobrevivir sobreactuar, siempre fingir, siempre fatal, solo un desliz, es lo normal, risa infeliz, todo es fugaz.

Se le dan dos, tres, cuatro vueltas al tema, se piensa en todo lo que se dijo, se hizo y se dejó de hacer, como una película repetitiva en una pared mohosa de algún cine barato, tal vez un cine XXX, la escena es la misma, borrosa, lúgubre, podrida, ese último beso a las 9 am de aquél jueves, que nadie sabría que sería el último, quedó congelado en las partículas del aire, de la memoria, del cuarto que olía a cocteles, ginebra y punk desatendido.
Algunos intentos de acercamiento entre la tercera guerra mundial de dos arrogancias en zapatillas, nada funcionaba para evitar que la catástrofe y la bomba atómica explotara en la cara de alguien, la desfiguración solo era comparable con el desmembramiento, nada sobrevive, nada se repone, nada se puede volver a coser.
Volviendo al tema del apego, del pegarse de lo mínimo como una lamprea al intestino, como una larva carnívora a un pobre animalito desvalido, soportar el tsunami agarrándose con las uñas a lo poco que quede de piel, al final todo debe soltarse, así esto implique ahogarse en agua fétida.
Dos semanas y ya amaneció tarde para los dos, se secó el café con todo lo que podría traernos felicidad, mientras camina por la playa y come mariscos, todo se sigue volviendo hielo por acá, ese corto camino se volvió una distancia irrecuperable, tal como yo lo había pronosticado, no sé si fueron las fotos, la mentira o simplemente que todo me lo decía, no obstante, sigue siendo un infarto de miocardio pensar solo en que ya no sé nada de él, de su risa, de los perros, que preferimos borrarnos de un disparo en la sien, cortar la cabeza con un machete y prenderle fuego al planeta.



Un profesional en las distancias cortas,
tu silencio es vulnerable y delicado,
cuántas noches te pasaste recordando.

Un aeropuerto que jamás te espera,
Esto puede hacerse de diez mil maneras,
nunca mi sonrisa fue tan triste y tan sincera.

y todo se resume en:

Tú tuviste tus razones y al final no fuimos por donde nos vinimos.