marzo 11, 2006

Ley seca


Un mensaje de texto a las 12 de la noche, pienso: ¡Noticias de Aurelita!; Me desenredo de las cobijas y corro a este aparatejo que tantos problemas me ha traído, no eran buenas nuevas de la princesita; un corrientazo frío me dejó estática, no sé por qué, el sueño del dragón de fuego, llegó, de nuevo a mi memoria, la angustia no me dejaba dormir, pensé en lo que habíamos hablado, de esa casi despedida y el beso, antes de ver como te alejabas, y de nuevo el dragón de fuego.




Me preocupaba que ese sueño, fuera una predicción del presente, y la desesperación me tomaba por las manos, una, dos pastillitas, ¡nada!, ¡nada funciona!, y el dragón de fuego iba poco a poco adoptado tus formas, tu pelo bicolor, los huesos que sobresalen en la base de tu espalda, tu cicatriz de apendicitis; ni Woody Allen [¡si no pudo él, no podía nadie!] logró distraer mi turbada cabeza.

1 de la mañana, ¡sin noticias aparentes!, ¿Dónde estarás? Nada puede sacarme la imagen del sello del dragón de fuego y como las cenizas que lo forman aparecen como visiones de ultratumba, remedando la marca de tus huellas digitales por los espacios por los que has andado, y desaparecen con cualquier leve soplido.

- Maldita ley seca!!!, ¿a quién se le ocurren esas cosas y esos nombres?…


Cine arte, ciclo de Woody Allen, días de Radio, ¡de mis favoritas! La cosa pintaba mejor,

Bernardo y Diana, hablan, ¿alguien los escucha? Esta noche, ¡yo! por lo menos y en esta angustia tan tremenda, no tengo opción.
¿Cuantas pelis de Allen han pasado en farsacol?, ni idea, a esa hora nunca estoy en casa, y si por co
sas extrañas estoy, estaré en internet o viendo algo en un canalucho extranjero, Dave el barbaro o cualquier otra cosa...¿Quienes ven cine arte los viernes?, los desparchados, los solitarios, los que tienen trabajo o estudio el sábado, los que la mamá o la esposa en su reemplazo, no deja salir, o los que ese día no tienen un peso, ni un alma caritativa que se deje marranear, o comparta alcohol o un buen plan con ellos.



Al fin me quedo dormida, pero eso si, como una maldición de un hechicero en un cuento de hadas, o mejor, karma, o ley de Murphy,tú!, en mi cabeza, en mis sueños…
- (voz de narrador) Horas más tarde en ese mismo cuarto, en la mañana:
Otro mensaje de texto, esta vez sí, ¡se manifestó la providencia!, buen rato pasó aurelita, me levanto somnolienta, un vaso con agua y una pastillita milagrosa, timbra el teléfono: una voz muy familiar, -hola! , -oye ¿y tu mamá?, -no está, -¿y para que la necesitas?, ¡¡mierda!! ¡Cierto, mi mamá está de cumpleaños!; otra llamada, también para la docente esta, y otra más, timbra su celular, ja! Se le quedó! Bueno no digo que sea afortunada la muerte de un ser cercano, pero si no hubiera fallecido mi abuelastro, mi mamá estaría en casa, y se hubiera dado cuenta que yo no recordé la fecha de su cumpleaños, y al igual que todos los años anteriores, de mis manos no recibirá un regalo….
Otra llamada, otra vez me preguntan por mi señora madre, que gracioso, ahh!! ¿No está? - No, no señora, no se encuentra, ¿con quién hablo? pregunta la colega, - con la hija, ahhh!! - pensé que hablaba con un niño pequeño… - no es mi voz de recién levantada! Respondo, me meto en las cobijas y cierro los ojos de nuevo.